Lycée Français. Savoir faire
Con cerca de 4.000 niños escolarizados, el Liceo Francés de Madrid, tal vez el más grande de los liceos del mundo -ocupa 10 hectáreas junto al parque Conde de Orgaz- es un paradigma del sistema de enseñanza francés: laico, humanista y con la razón por bandera. El centro cumple en 2010 sus 125 años de vida, y lo hace mirando al futuro: su objetivo es superar los 5.000 alumnos.
Mucho ha llovido desde que la Sociedad Francesa de Beneficencia creara un centro para hijos de compatriotas en 1856. Treinta años más tarde, la Sociedad donaba el colegio al Estado Francés. Empezaron en la calle Isabel la Católica 4, y desde el material docente hasta los primeros profesores, un matrimonio, vinieron de Francia. El Liceo compró en 1931 el edificio de la calle Marqués de la Ensenada 8, donde permaneció durante décadas, con un único parón: los años de la Guerra Civil, durante los cuales el centro se cerró y el personal fue repatriado.
Tras la contienda, reinició su actividad, incluido un convenio con el Gobierno para acoger a niños españoles y darles una formación cuyo lema podría ser «dos lenguas y dos culturas». Setenta años después, las lenguas son ya tres -el inglés, y también italiano o alemán, se han añadido al currículum-, pero se mantiene la filosofía de compaginar el estilo de la escuela pública francesa con la educación en lengua, historia, literatura y geografía española. Para que todos se enriquezcan con la cultura de los otros y nadie pierda la propia.
Pierre Modoloni dirige el Liceo Francés de Madrid desde el año pasado. Este corso, de abuela española y ascendentes italianos, resume el espíritu del centro: «Neutralidad, laicidad, espíritu crítico, prioridad de la razón, tolerancia, y reunión de culturas». Hay niños de todas las nacionalidades, y unas reglas comunes: «No se admiten símbolos religiosos ostensibles, y la comida es igual para todos, salvo enfermedad». Hay clase de religión: es voluntaria y se enseña «historia de la religión católica, porque está muy ligada al arte y la literatura, pero no se hace proselitismo».
Durante décadas, fue el colegio elegido por muchas grandes familias e intelectuales españoles: entre sus más de 30.000 ex-alumnos, están los hermanos Bosé, Lucía Dominguín, Miguel Bosé y Paola Dominguín, Miguel Boyer, Ana Diosdado, las hermanas Koplowitz, Antonio Vega, Federico Jiménez de Parga, Gregorio Peces-Barba, Miguel Ángel Moratinos o Tamames.
Precisamente su actual ubicación es producto de una generosa donación de la familia Cavero -también ex alumnos-al estado francés, para exclusivo uso cultural. Cuenta con magníficas instalaciones deportivas -a destacar el espectacular campo de rugby- y varios edificios de la corriente arquitectónica conocida como «brutalismo».
Libro de la Memoria
Ahora van a iniciar las obras de un nuevo inmueble, para poder desarrollar sus planes de expansión: tras años en que «por cada plaza teníamos cuatro solicitudes», como reconoce Modoloni, el Liceo abre ahora sus puertas a nuevos alumnos.
Lo hace al hilo de su 125 aniversario, una fecha para la que la asociación de antiguos alumnos prepara exhibiciones teatrales, conciertos y conferencias. Y un regalo especial: un Libro de la Memoria para el que han solicitado la colaboración de quienes estudiaron allí en estos años, y que verá la luz en diciembre de 2010. Como dijo Pierre Modoloni, «tenemos 125 años de pasado, y mucho porvenir».